Si cumples esto hasta el día del examen estás más cerca de la plaza 6p4m4q

Hoy te quiero desafiar. Si cumples esto hasta el día del examen, estás más cerca de la plaza.

Son siete desafíos, pero te aseguro que si los cumples, vas a estar muy predispuesto a aprovechar la oportunidad. Y lo primero es que no te quejes, que resuelvas. Cada vez que vayas a quejarte, haz esto. Escribe una solución rápida en tu libreta de combate. ¿Tu competencia tiene más tiempo? Pues tú tendrás más foco porque vas a hacer más simulacros. ¿Tu competencia piensas que comunica mejor? Pues tú vas a ser más práctico. ¿Es que tienes poco tiempo? ¿Es que tienes poca energía? No sirve de nada las quejas. Ahora tienes que entrar en el modo, ¿esto me acerca o me aleja a la plaza? ¿Estos pensamientos me alejan de la plaza? Perfecto, no los dejo estacionar en mi mente, yo actúo. Y el segundo desafío es que reduzcas las redes, que tengas un ritual de concentración.

Conforme se acerque la fecha del examen, tienes que consumir menos redes sociales porque la oposición de educación, el profundizar, el estar concentrado, el hacer un buen examen de desarrollo, el hacer una buena exposición, es justo lo contrario del placer inmediato que te pueden dar las redes sociales. Las redes sociales te van a desmotivar. Las redes sociales te van a hacer, coste de oportunidad, estar dentro de su algoritmo y no estar estudiando. Las redes sociales es posible que te desanimen porque estás viendo vidas ideales, estás viendo opositores o divulgadores educativos que piensas que van más preparados que tú mismo y, por lo tanto, te vas a dejar de esforzar. Así que reduce sí o sí esas redes. Tercero, no te compares, compite contra tu yo de ayer. No sirve de absolutamente nada que te compares. Perdón, estoy espeso ahora. Ten una hoja donde apuntes qué mejoras vas a hacer cada día. Por ejemplo, una muy buena forma de mejorar es que de simulacro en simulacro reduzcas esas muletillas o esos nexos redundantes.

Intente ser más práctico en la exposición, que cada vez pongas ejemplos más potentes, que tu forma entusiasta de comunicar no se vaya apagando a lo largo del tiempo, pero la comparación con otros es perder tiempo. Cuarto desafío, que si lo logras estás más cerca. No abandones si el simulacro te bloqueas. Es momento, es momento que si en algún momento de tu preparación el simulacro piensas que no vas a evocarlo bien o estás evocando y hay un blancazo o estás comunicando y no te acuerdas de un punto, en vez de dejarlo, continuar. Porque conforme resuelvas estos días las dificultades vas a hacer lo mismo el día del examen. Si tú te acostumbras a que en el primer momento que en un simulacro te quedas en blanco abandonas, el día del examen puede pasar que no te venga una palabra y te vengas abajo y abandones. No, no te viene una palabra, te dejas un espacio y sigues hacia delante.

En la exposición no te viene un concepto, conectas con tu guión, que por cierto te he dejado un artículo sobre el guión para que hagas un gran guión en el comentario fijado para que si te quedas en blanco vuelvas con naturalidad, échale un vistazo. Pero lo que quiero decir es que no te rindas, acostúmbrate a no rendirte. Yo recuerdo que muchos simulacros que pensaba que no los había hecho bien, por pura sensación sesgada a nivel emocional, los había desarrollado mucho mejor de lo que pensaba. ¿Por qué? Porque los 20 simulacros que hice en mi preparación en ninguno me rendí y tuve pensamientos dinamitantes continuamente y tuve blancazos de que en algún momento no me venía un concepto y tuve momentos de querer dejarlo, pero tiré hacia adelante. Y el día del examen me pasaron cosas similares, tiré hacia adelante y por eso me convertí en funcionario. Quinto desafío. Escribe todos los días como si fuera el examen.

La habilidad de la escritura y la habilidad de la comunicación deben estar desarrolladas, deben estar frescas. Te juegas la mitad de la nota escribiendo y te juegas la otra mitad de la nota exponiendo.

Yo me puse un cortafuegos, hice un plan estratégico desde que me di cuenta, es decir, tres semanas, cuatro semanas antes del examen hasta el propio examen, de que todos los días iba a hacer simulacros, fueran minis, fueran completos, y todos los días iba a comunicar. Fuera un ensayo, una exposición o fuera un audio elaborado, con pocas muletillas, con un buen contenido sobre lo que había aprendido o sobre lo que estaba aprendiendo a mi círculo de opositores. Porque el día del examen te juegas mucho en poco tiempo. Cuanto mejor comuniques, mejor para el tribunal y por lo tanto más nota.

Cuanta mejor esté desarrollada la expresión escrita, más vas a predisponer al tribunal para que te escoja. Y por último, tómate cada error con cuidado.