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Si no puedes verlo ¡Escúchalo! Valle Salvaje
Valle salvaje 180 #audesc

Valle salvaje 180 #audesc 3z6z45

8/6/2025 · 46:38
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Si no puedes verlo ¡Escúchalo! Valle Salvaje

Descripción de Valle salvaje 180 #audesc 6f5z4v

Segunda temporada de la espectacular serie de RTVE 1l3p6k

Lee el podcast de Valle salvaje 180 #audesc

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Ahora en el dormitorio de Mercedes...

¿Qué está diciendo, Felipe? ¿Ya me ha oído? Estoy dispuesto a contarlo todo.

¿Qué me dice? ¿Sigue en pie su oferta? ¿Cómo os va a traicionarme? Al único que he traicionado es a mí mismo, por mezclarme con gente de su calaña.

¿Me dio su palabra? Su palabra y la mía no valen un real, señora.

Usted y yo somos unos farsantes y gente de muy poco fiar.

Piénselo bien, Felipe. No le interesa en absoluto tenerme como enemiga.

Porque lo he pensado, estoy aquí.

Iba a cometer un terrible error, pero a alguien he evitado que me pasara el resto de mi vida despreciándome.

Gracias a Dios he abierto los ojos.

Le aseguro.

¡Cállese! ¿Qué me dice? ¿Tenemos un trato? No sé si puedo confiar en usted.

Lo entiendo.

Le he dado motivos más que de sobra para que desconfíe de mi palabra, pero le aseguro que estoy dispuesto a contar toda la verdad sobre el duque y esta sinvergüenza.

A todo valle salvaje y a todo el reino si hace falta.

No lo voy a permitir.

No he oído a Felipe cierra esa maldita boca.

No está en disposición de amenazar a nadie.

Ahora mismo este señor tiene su futuro en sus manos.

Y yo, yo tengo su futuro en mis manos.

Así que tenga cuidado con lo que dice Victoria.

Victoria se gira hacia la mujer.

¿Qué va a hacer? ¿Quiere hacer daño a sus sobrinos? La verdad los destrozaría.

Sería su familia quien más sufriría con todo esto.

Tenemos que ser prudentes, Felipe.

Antes de hacer algo debemos meditar bien todos los movimientos.

Lo que usted me diga, doña Mercedes.

No, Felipe, espere.

Podemos volver a negociar.

Podría conseguirle más dinero.

Su final está cerca, Victoria.

Va a terminar enterrada en toda su ponzoña.

Yo si fuese usted me iría olvidando de su compromiso con el duque.

No se saldrá con la suya.

Es usted una arpía y una mala pécora.

Fuera de mi alcoba.

Pagará por esto.

He dicho que fuera.

Victoria se da la vuelta y se marcha enfadada.

Entonces puedo confiar en usted.

Está dispuesto a contarlo todo sobre esa mujer.

Haré lo que usted me pida, doña Mercedes.

Se lo debo a mi amigo, Fausto.

Mercedes reflexiona nerviosa.

En la cocina de la casa pequeña, Atanasio mira asustado a su madre.

Lo que acaba de decir Matilde es...

¿Es cierto? ¿Es verdad? No, no, no.

Matilde está mintiendo.

El mundo sabe que eso no es verdad.

Sabe que lo que está mintiendo es usted.

Matilde se acerca a Atanasio con lágrimas en los ojos.

Atanasio, tu madre no está...

Se está muriendo pero no te lo quiere decir.

Cállese.

No puedo callarme, Raimunda.

Su hijo se merece escuchar la verdad de su boca.

Deje de tratarlo ya como a un crío.

El hombre se acerca a su madre.

¿Madre, es eso cierto? Míreme a los ojos y dígame que lo que está diciendo Matilde no es cierto.

Raimunda lo mira.

¿Está usted enferma? Niega preocupada.

Respóndame, ¿se está muriendo sí o no? Hace tiempo que sé que algo no va bien.

Te lo quería contar, te lo quería explicar, pero no sabía cómo hacerlo.

¿Y cómo ha sido capaz usted? No, no, no.

Atanasio se marcha de la cocina.

Matilde la abraza.

También estoy aquí con usted.

La mujer llora desconsolada.

El sol se pone detrás de las montañas, dando lugar a la noche.

En la cocina de la casa grande, Isabel se acerca a dos del servicio.

Muy bien, a ver.

Isabel les paga.

Ahí.

Aquí tienes.

Muy bien.

Y aquí tienes.

Muy buen trabajo, ¿eh? Hasta mañana, si Dios quiere.

A descansar.

Buenas noches.

El servicio se marcha.

Amadeo, que la estaba viendo, se acerca apresurado con una silla y la coloca para que tome asiento.

¿De dónde ha salido usted? Estaba allí en el umbral de la puerta.

No, no, no.

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