El WEF y su agenda secreta sobre el futuro laboral 172vs

Ha finalizado aquí en Davos una nueva edición del Foro Económico Mundial que ha estado dominada por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.

Acá en numerosas sesiones se ha debatido el impacto que las políticas del nuevo presidente de los Estados Unidos pueden tener en temas como, por ejemplo, la guerra en Ucrania, el conflicto en Oriente Medio, el cambio climático, los aranceles y, por supuesto, la inteligencia artificial, entre otros.

Este informe no es una proyección de lo que está por venir.

Es nuestra sentencia.

El futuro del trabajo está en manos de los más poderosos y diseñado para que nosotros, el pueblo, perdamos.

Como siempre.

El Foro Económico Mundial, con su fachada de sostenibilidad y tecnología, esconde una realidad mucho más siniestra.

El control geoeconómico de las grandes potencias, la monopolización de los recursos y la eliminación sistemática de empleos a través de la automatización, van mucho más allá de las urnas, al contrario de lo que mucha gente cree.

Hace un tiempo fue la reunión del Foro de Davos y, según los últimos datos, grandes economías como Estados Unidos y China están fortaleciendo su poder con políticas proteccionistas que ahogan a las economías más débiles, mientras las corporaciones tecnológicas se convierten en los dueños de la energía del futuro.

¿Y qué hay de la automatización? Nos venden el cuento de un futuro más eficiente, pero la realidad es que millones de personas verán desaparecer sus trabajos en nombre de la modernización, los robots reemplazarán a los trabajadores manuales...

El verdadero peligro no estaría siguiendo esta dinámica.

En los empleos perdidos, que eso es punto y aparte, también merece otro debate en profundidad, sino en el monopolio que las grandes corporaciones tendrán sobre la tecnología.

El futuro no es un mundo automatizado, es un mundo donde solo unos pocos controlan las máquinas y a la vez el destino de todos.

Estamos hablando de la creación de una economía de vigilancia, es otro eslabón en esta cadena de control masivo.

El informe expone que el 23% de las empresas espera que restricciones comerciales y políticas proteccionistas transformen su forma de operar.

Esto incluye países como Estados Unidos y China, por ejemplo, que están fortaleciendo subsidios e implementando políticas industriales que dificultan la competencia para economías más débiles.

Las regiones más afectadas incluyen África subsahariana y África Central, donde las empresas reportan menor capacidad de adaptación y, como impacto industrial, sectores dependientes de cadenas globales como la minería, el petróleo y el gas, que anticipan grandes disrupciones debido a las restricciones.

¿Qué significa? Que la concentración del comercio en pocas manos refuerza una narrativa de lo que se conoce como colonialismo económico moderno, donde los países poderosos dictan el flujo de bienes, de servicios y de recursos naturales.

Por otro lado, el Foro Económico Mundial proyecta un crecimiento en empleos verdes como especialistas en energía renovable, pero están directamente vinculados a corporaciones que controlan tecnología e infraestructura.

Por ejemplo, empresas como Tesla y Siemens monopolizan la producción de vehículos eléctricos y turbinas eólicas, limitando la participación de autores locales o pequeños productores.

¿Qué impacto tiene? Por ejemplo, según se ve en el informe, América Latina, riquísima en recursos naturales, y clave para baterías de litio, se enfrenta a la explotación de sus recursos bajo acuerdos desiguales.

Lo que puede deducirse de todo esto es que el discurso de sostenibilidad oculta un diseño para centralizar la economía energética en corporaciones globales, dejando así a los países ricos en recursos como proveedores de materias primas.

La inteligencia artificial y el Big Data no son sólo herramientas para mejorar la productividad, sino que también son mecanismos de monitoreo global.

Esto no son conspiraciones, ha habido un montón de problemas, denuncias, sentencias a nivel nacional e internacional por quejas de s que se han dado cuenta de ello.

En el futuro, vuelvo otra vez al informe, no sólo van a controlarse nuestros empleos, se controlarán nuestro comportamiento, gustos, emociones, etc.