#116 Juan Ramón Hidalgo | Director Semco Maritime 4z641d

Buenas y bienvenidos a un nuevo episodio del podcast En la Mente de un Ingeniero. Hoy hablamos con Juan Ramón Hidalgo, ingeniero naval y actual director en Senco Marítim con una trayectoria que lo ha llevado de la eólica onshore al desafiante mundo offshore. Desde Pamplona y Zaragoza, pasando por empresas clave como Siemens, Gamesa o Vestas, hasta Reino Unido y de vuelta a Madrid, Juan Ramón ha vivido el desarrollo del sector desde dentro, combinando visión técnica y estratégica.

Un episodio para entender cómo se construye una carrera global en energías renovables y hacia dónde sopla el viento del futuro. Gracias por estar otra semana más aquí, dentro música. Bienvenidos a En la Mente de un Ingeniero, un podcast donde exploraremos el futuro profesional desde distintas perspectivas.

Aquí hablaremos con ingenieros y profesionales de distintos sectores para descubrir cómo enfrentan retos, toman decisiones y evolucionan en sus carreras. Porque la forma en que pensamos moldea nuestro camino. Con vosotros, Álvaro Buitrago. Bueno, antes de nada Álvaro, muchas gracias por tu tiempo y por invitarme a tu podcast. Como dices, soy un seguidor y los disfruto muchísimo y te felicito. Me parece encomiable tu labor.

Y sí, soy Juan Ramón. Mis amigos aquí en Madrid me llaman Juanra y mi familia. Mis compañeros en Dinamarca y el Reino Unido me llaman Juan porque les cuesta mucho pronunciar la doble R, o sea que atiendo a los dos nombres indistintamente. Y soy ingeniero naval y me formé en esta escuela de Madrid donde estamos haciendo la entrevista. Y siempre que vengo aquí pues me afloran muchos recuerdos. También gracias por darme la oportunidad de volver.

Ahora mismo estás de director en SEMCO. Vamos a hacer un poquito un repaso de lo que ha sido tu vida hasta llegar aquí. ¿Por qué decidiste estudiar navales? Bueno, yo me acuerdo cuando empezamos la carrera en primero. Los de primero nos dividíamos en dos grupos. Los nuevos eras o de primera opción o de segunda opción. Y luego eras nuevo o repetidor. Entonces yo era de primera opción. Yo quería estudiar ingeniería naval.

Fue mi primera opción y sabía que, por nota, sabía que iba a entrar directamente. Mi familia es de La Coruña y yo pasaba todos los veranos en La Coruña. Mi padre es militar y hemos vivido en diferentes sitios de España, pero no en sitios con costa. Pero siempre todos los veranos iba a La Coruña. Y recuerdo paseando con mis abuelos por el puerto de La Coruña y me flipaban, me alucinaban los barcos. Y sobre todo me alucinaba más la parte humana del barco.

Me acuerdo siendo pequeñín andando con mi abuelo por el puerto. En aquellos momentos los puertos eran muy fácilmente accesibles. Ahora están llenos de barreras y es muy difícil entrar. Pero andando allí por el puerto de La Coruña, pues un atardecer, supongo que iría con mi helado, vi que el barco se hacía navegar a las 8 de la tarde, ya un poco con las luces. Y me acuerdo que le dije a mi abuelo, ¿cómo es que nos esperan a cenar? ¿Dónde van de noche? Y me dijo mi abuelo, tienen su comedor, su cocina.

Y me alucinó que esa autonomía del barco, que se fuesen a navegar con las luces puestas a cenar, me alucinó. Entonces esa historia familiar de vivir en La Coruña, los grandes petroleros que entraban allí a la refinería de Resol. Siempre se habló mucho en mi familia del desastre de Urquiola, que es un petrolero que encayó justo a la entrada del puerto de La Coruña. Y luego, no sé si te acordarás que le pasó años después al marejeo.

Pues esas eran historias familiares que yo preguntaba, oye pero no vieron la aguja, ¿cómo es que encayó? ¿Y qué pasó? ¿Cuántos se murieron? Me atraía muchísimo todo el tema naval. Y luego, tienes la inquietud en el bachillerato, se te dan bien las matemáticas, la física, te gusta, y un poco le vas dando forma a tu vocación. Y luego también recuerdo en tercero, o lo que es ahora segundo de bachillerato, me leí un libro que se llamaba El cazador de barcos, de Justin Scott, que es un escritor americano, que narraba la epopeya de un navegante, de un navegante solitario, en hundir un súper petrolero.

Un súper petrolero de los que se empiezan a construir debido a la crisis, a la guerra entre Egipto e Israel, y que los barcos no pueden atravesar el canal de Suecia y tienen que empezar a doblar el cabo de Buena Esperanza, entonces se construyen los ULCC, y este era un caso hipotético, de un barco de 500 metros de eslora, el Leviatán, un monstruo marino. Y me acuerdo que coincidió leer un verano en La Coruña, el verano de tercero de Boub o de Cout, y dije, oye, tengo que… lo veo, el camino para estudiar navales.