
Ep. 24 - La cabeza decapitada de Castro Urdiales 691a2w
Descripción de Ep. 24 - La cabeza decapitada de Castro Urdiales y2o4q
Castro Urdiales, 28 de septiembre de 2019. Son las dos de la madrugada, y en el número 5 de la calle Santa Ana, Ana María se levanta y se dirige hacia su cocina. Allí conserva un paquete que Carmen, una compañera del cuadro de baile flamenco del que ambas son , le dio hace meses para que se lo guardara, y ahora se decide a abrirlo. Según le dijo su amiga, la caja contiene juguetes sexuales, pero necesita comprobar su interior porque desprende de él un hedor horrible que ya no puede soportar más. Y al abrirla, no son ni consoladores, ni dildos lo que encuentra... sino la cabeza quemada y decapitada de Jesús María Baranda, su vecino. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/2373791 206e56
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
CASTRO URDIALES, 28 DE SEPTIEMBRE DE 2019 Nos situamos en la pequeña localidad cántabra de Castro Urdiales, un municipio costero situado en el norte de España que apenas cuenta con 32.000 habitantes.
Son las 2 de la madrugada y en el número 5 de la calle Santa Ana, Ana María se levanta y se dirige hacia su cocina.
Allí conserva un paquete que Carmen, una compañera del cuadro de baile flamenco del que ambas son , le dio hace meses para que se lo guardara, y ahora se decide abrirlo.
Al parecer la caja contiene varios juguetes sexuales de la pareja de Carmen, Jesús, y a esta le da vergüenza que la Guardia Civil pueda verlos durante el registro que van a hacer a su vivienda.
Y es que Jesús Mari, vasco de nacimiento y de 67 años, lleva desaparecido desde febrero y su familia ha interpuesto la pertinente denuncia por desaparición.
Por ello, uno de los pasos en la investigación de la policía es registrar la vivienda donde Jesús convivía con Carmen, de ahí que esta no quiera que encuentren un contenido que le da pudor y por eso le pidiera a su amiga que se lo guardara.
Ahora, días después, Ana María se decide abrir el paquete porque desprende un odor repugnante y fuerte que ya no puede soportar más, así que necesita comprobar qué hay dentro y deshacerse de ese olor.
Desenvuelve el papel de regalo que cubre la caja con cuidado y la abre, pero allí no encuentra ni consoladores, ni bolas chinas u otro tipo de juguetes sexuales tal y como esperaba ver, sino algo grande cubierto por bolsas.
Las destapa también y al hacerlo, descubre una cabeza humana quemada y en avanzado estado de descomposición de la cual prácticamente solo quedan los huesos.
Tras el hallazgo, conmocionada, la pobre Ana María sufre un ataque de pánico y pide ayuda a su hermana, Carmen Mendoza, que también se encuentra en el domicilio.
La hermana, al ver su estado y comprobar con horror el contenido de la caja, avisa la propietaria de la caja, Carmen Merino, y llama a los servicios de emergencias para que presten auxilio a Ana María, que seguirá sumida en una crisis de ansiedad durante varios días más.
Fisonomías criminales. Capítulo 24. La cabeza decapitada de Castro Urdiales.
Bienvenidos y bienvenidas como siempre a este pequeño espacio donde abordamos crímenes presentes y pasados de nuestra historia. En esta ocasión, iniciamos con un caso que realmente ya había comenzado meses antes a los hechos que os he relatado y por el cual ya se estaba realizando una investigación por parte de la policía, la desaparición de Jesús Marí.
En febrero de 2019, Jesús Marí Avaranda, un hombre de 67 años, pensionista que había sido director de una sucursal del Banco Santander, desapareció sin dejar rastro. Fue hacia mediados de febrero cuando se supo por última vez de él. Al parecer, tras casi siete años de convivencia con su pareja, Carmen, la relación se había agotado y él le pidió que se marchase.
Ya que la vivienda era únicamente propiedad de él. La relación a aquellas alturas ya no tenía ningún sentido. Él se veía con otras mujeres y Carmen había entablado una especie de acercamiento con otro hombre, así que Jesús decidió poner fin ese día a su relación y pedirle que abandonara la vivienda. No obstante, Carmen se negó y, a pesar de que él insistió, se mantuvo en sus 13 y no se fue. A partir de entonces, ya nada más se supo de Jesús.
Ya sabéis que me gusta ser bastante meticulosa con el contexto que rodea los casos y por intentar hacer las cosas por partes y lo más cronológicamente posible para que podamos imaginar toda la secuencia completa de los hechos teniendo en cuenta, además, los detalles más relevantes.
Así que veamos primero quiénes eran estas dos personas, qué relación tenían y, posteriormente, analizaremos esta desaparición. Carmen Merino, de 61 años en aquel entonces, había nacido en Utrera, Sevilla, en 1958. Siendo aún muy pequeña, la familia se mudó a Cádiz y pasó allí su infancia, pero poco después su padre, que era policía nacional, fue trasladado al País Vasco durante los años 80 para luchar contra ETA. De hecho, no fue solo, sino que algunos familiares viajaron con él y luego se quedaron allí.
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