
Escalofriante presenta: EL REGRESO DE VAN KEEL, Quinta Parte, por Umbriel Korvo 5c6y4h
Descripción de Escalofriante presenta: EL REGRESO DE VAN KEEL, Quinta Parte, por Umbriel Korvo 663y5t
Aún sin la totalidad de sus fuerzas y sumergido en un universo infernal creado por su némesis, ahora devenido en un Dios Oscuro, el Arqueomante busca cumplir su venganza... ¡Hechiceros Saludos! 471k12
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Con una mirada fulminante, Ijerum hizo aparecer en sus manos dos espadas de absurdo tamaño, llenas de afilados dientes, como las mandíbulas de un depredador, que parecían emitir un brillo radiactivo.
Desnudó los dientes.
—¡Ahora vas a pagar por esto! Banquil le sonrió como no lo había hecho en más de doscientos años.
Inesperadamente giró sobre sí mismo y tras una corta carrera se lanzó como si fuera un atleta olímpico hacia el oscuro precipicio que se seguía abriendo por debajo de él.
EL REGRESO DE BANQUIL CAPÍTULO V POR UN BRILLANTE CORPO A través de un cielo extrañamente grisáceo, la caída del Arqueomante fue inesperadamente prolongada.
Concentrándose, acopió la energía que le quedaba preparándose para un impacto violento y de grandes proporciones.
Pero no fue tal.
Su cuerpo se hundió profundamente en una sustancia blanduzca de rosáceos tonos fosforescentes, frenando su caída a varios metros bajo la superficie de su textura gelatinosa.
Intentando ascender, Alastair Banquil extendió brazos y piernas pero fue incapaz de propulsarse de modo alguno.
—¡Como un insecto en ámbar! Se dijo.
Ya no tenía fuerzas como para otra teleportación.
Con gran esfuerzo y sintiendo que el aire en sus pulmones comenzaba a faltar, extendió sus manos hacia arriba, sosteniendo la masa bujigan-urse-hai-jan-si, y comenzó ahora a dar la sustancia sobre su cabeza con una suave onda de energía, abriendo un delgado túnel a través del cual finalmente logró respirar.
Mientras se recuperaba, inició un breve pero conciso impulso levitatorio, lo suficientemente intenso como para cubrir la distancia que lo separaba de la superficie.
Durante el ascenso curioseó los alrededores de ese extraño océano gelatinoso semi-transparente.
En esa viscosidad logró percibir inmóviles formas sólidas de variado tamaño, aunque en la distancia una de ellas sobresalía extraordinariamente de las demás.
Parejaba una isla flotante de forma alargada y algo irregular, tenía dimensiones apabullantes, le calculó más de un kilómetro de largo, y resultaba obvio que se movía lenta pero sinuosamente hacia él, casi como recordando el andar de una salamandra a un tritón.
Bien, el tercero parece ser algo más creativo que sus hermanos.
Al aproximarse descubrió que la superficie de aquella isla semoviente estaba virtualmente tapizada por una infinidad ondulante de rocas cristalinas tornasoladas.
Al verlo erguirse como una serpiente, Banquil confirmó que toda la estructura del ser parecía estar compuesto por aquella especie de coraza mineral, y además, aquella península que se elevaba realmente parecía la cabeza de un gran anfibio sin ojos.
Parado en aquella inestable superficie, el hechicero notó que frente a él se estaba abriendo una ancha caverna, demasiado semejante a las fauces de un animal con intenciones bastante claras.
Se escuchó un ululante grito descendiendo desde lo alto.
El arqueomante reconoció la figura del primero de los hermanos, el irasile Ijerum, en su carro de combate de cuatro alas, blandiendo una de sus espadas en una mano y sosteniendo la gesticulante cabeza decapitada de su hermana Razavog en la otra.
Su rostro reflejaba una sanguinaria frustración, y furiosas chispas surgían de la boca de su malograda hermana.
¿Qué imagen grotesca presentan esos dos? Se dijo Banquil.
No tenía intención de esperarlos, hació con fuerza su masa y comenzó a correr, deslizándose tanto como le era posible por aquel suelo viscoso, directamente hacia la enorme gruta erizada de colmillos cristalinos, punzantes y afilados.
El gran animal Isla expandió la cavernosa garganta y se abalanzó hacia el arqueomante, tragándolo con voracidad justo en el mismo momento en que sus hermanos estaban por alcanzar.
Llegó el momento.
Comentarios de Escalofriante presenta: EL REGRESO DE VAN KEEL, Quinta Parte, por Umbriel Korvo 4u2g4d