
Iker Jiménez y Enrique de Vicente y su aventura milenaria en el Antiguo Egipto - 'Fututo Imperfecto' - EDENEX - 12c1a
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En esta desopilante entrega de Futuro Imperfecto, el surrealismo arqueológico alcanza cotas jamás exploradas cuando Raúl Cimas nos transporta a una carrera imposible por las arenas del Antiguo Egipto, acompañado de una troupe televisiva de lo más improbable: Iker Jiménez pilotando una moto mística, Enrique de Vicente en un sidecar lleno de libros esotéricos y Jesús Calleja en modo supervivencia extrema. El relato se enreda con momias exigentes, maldiciones egipcias, camellos con inteligencia artificial y un misterioso concurso de aventuras organizado por Discovery y Menox. Entre chistes malos que salvan vidas y un cuñado con turbantes turbo, la historia culmina en una pirámide secreta donde una momia —crítica de comedia— exige risas o condena eterna. ¿Lograrán sobrevivir los exploradores del misterio a fuerza de chascarrillos y juegos de palabras? Una sátira brillante y delirante donde lo paranormal se encuentra con el absurdo y lo milenario con lo marciano. Porque en este Egipto, las momias ríen… o destruyen. Una experiencia arqueológica para partirse de risa... o acabar en un sarcógafo. https://www.edenex.es 33274j
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Permitidme, dado ese nivel, hablar un momento del antiguo Egipto, ¿vale? ¡Vamos! ¡Por fin! ¡Por fin! Vale, vale.
Ya era hora.
Hostia, lo ganó para sustos con este programa, ¿eh? Madre mía.
Bueno, claro, prefiero a mi mujer, también te digo, ¿eh? Vale, una momia entre el público.
¿Le gusta el tema? ¿Le interesa, eh? ¿Sí? ¿Vale? Hombre, me encanta, me encanta. Vale, perfecto.
Estoy que me muero. Vale, muy bien.
Está que se muere, ¿no? Sí, sí, sí.
Eh...
¡Ja, ja, ja! Últimamente ha trascendido un descubrimiento muy interesante.
Dice, el olor de las momias es sorprendentemente agradable.
Un nuevo análisis revolucionario revela su aroma miles de años después, en el antiguo Egipto.
Esto...
¿Quieres oler un poco? No, no quiero oler, no hace falta.
Tú te lo pierdes, tú te lo pierdes. Sí, yo me lo pierdo, sí, ya lo sé.
El que de verdad sabe de esto es Raúl Cimas.
¡Venga, vamos con él! ¿Qué tal? El hombre que sabe prácticamente de todo, ¿no? Qué lujo tenerte con nosotros, Raúl.
No, sin el prácticamente. Ya, tú así.
¡Ja, ja, ja! Sin el prácticamente.
¿Qué tal? ¿Quieres que nos sentemos, que nos pongamos cómodos? Sí, claro, claro, sí, sí, sí, no, además que...
Porque con tamaño no, pero contigo me pongo cómodo, ¿sabes? Hombre, me imagino.
Es que los jóvenes me dan miedo y tú, pues, no te llamo mayor, pero bueno, en fin, siéntate, siéntate.
Bueno, sí, pero estamos más cerca, cuidado, cuidado.
Cuidado, sí.
No sé...
¡Ja, ja, ja! Casi me lo clavo, ¿eh? Sí, no, no.
Pero como es blandito...
Bueno, cuéntame, Raúl.
No, bien, bien, bien, ¿no? Además, es un tema que he tocado en todo lo mío.
Sí, ¿eh? Egipto.
Sí.
También, ¿no? Hombre, Egipto. Claro, claro.
Egipto, yo tengo una conexión muy grande.
Claro.
Ya me imaginaba.
Con Egipto, por mi familia.
¿Ah, sí? ¿Qué me dices? Sí. Hombre, tú piensa que...
Mi árbol genealógico es una estafa piramidal en sí.
¡Ja, ja, ja! ¿Sabes? Vale, vale.
Claro, es como cuando se queda sin tinta la fotocopiadora, que cada copia ya va saliendo cada vez peor.
Claro, es verdad.
¿No? Matrimonios, hijos, tal, decepciones...
Y...
Bueno, hombre, tocamos fondo con...
Pues con mi primo Federico.
Vaya, me sale mal.
No sé si te lo he contado.
Ahora vamos con Egipto, pero...
Sí.
Mi primo Federico, que te lo he contado.
Sí, pero me cuentas tantas cosas, Raúl, que...
Mi primo Federico, que es feísimo.
Sí.
Bueno, ya, no salió feísimo.
Feísimo.
Ese fue a First Date y ceno en la barra.
Federico.
O sea, yo... Sí.
Ceno en la barra.
Bueno, no, no.
Ahora vamos con Egipto, pero Federico...
Sí, sí.
Mira si era feo.
Sí.
Le llamábamos Marcos.
Aunque se llamara Federico, le llamábamos Marcos.
¿Por qué? Hombre, pues porque en las fotos de familia lo poníamos en los extremos...
Y cuando las llevábamos a enmarcar...
Hasta luego, Federico.
Claro.
Marcos gordo, ¿no? Pero fíjate, quiero contar una historia así de superación.
Digo, porque, claro, Federico, lo teníamos en el sótano.
¡Eh! Pues estando en el sótano, lo que hizo fue aprovechar que había un horno y ponerse a hacer pan.
Ah, mira.
Y creó Panrico, que es la abreviación de...
Panes Federico, Panrico.
Panrico, ah.
Y creó el pan de molde.
Sí, ¿eh? Dice, como conmigo rompieron el molde, lo vuelvo a crear.
Y de alguna manera...
Míralo, míralo.
Fíjate, y una vez que tenía el pan de molde creado, ¿qué hizo? Le quitó la corteza, le quitó los marcos.
Fue su venganza, ¿eh? Le estaba diciendo al mundo, yo no soy Marcos, yo soy Federico.
Él tenía la última palabra.
Yo no soy Marcos, yo soy Federico, y estoy para mojar pan.
Sí, señor, qué lección, qué lección.
Y eso fue una lección muy grande.
Sí.
Y nada, y...
Ah, Egipto, sí.
Sí, claro.
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