Roy Fontaine, el lado oscuro del glamour 1z252m

Estamos en vidas asesinas, casos reales de personas cuyo instinto fue el de matar.

Hombres y mujeres cuyo único reconocimiento ha pasado a la historia porque asesinaron de forma bestial en muchas ocasiones.

Y siempre desde la sinrazón de una mente psicópata y enferma.

Vidas asesinas es criminología en tus manos.

A menudo nos imaginamos a los criminales como seres marginales, personas de aspecto extraño y oscuro, incluso con mirada extraviada, vestidas de harapos o mal.

Sin embargo, el crimen o la psicopatía no entiende de sexos ni de clases sociales, ni de pobres ni de ricos.

Al final el criminal es un ser de enfermizas fijaciones, de obsesiones compulsivas, que según su educación o formación pueden pasar más o menos inadvertidas, pero al final el criminal que hay dentro de estos seres surge desde su lado más oscuro.

Hoy vamos a tratar un expediente muy de cine negro, ya verán.

Las películas de pícaros, ladrones, ladrones habilidosos, guapos o simpáticos, son películas que no sólo nos gustan, sino que incluso llegan a crear personajes simpáticos y irables, a pesar de obrar mal.

El de hoy, Roy Fontaine, podría ser uno de estos protagonistas, si no fuera porque además de su picaresca también se manchó las manos de sangre en cinco ocasiones.

Un tipo verdaderamente peculiar, verán.

Fue catador de vinos selectos, experto en antigüedades y un actor que hubiese merecido el aplauso y la alfombra roja.

Dedicó gran parte de su vida a robar joyas y antigüedades con el fin de conseguir una plácida jubilación.

Sin embargo, sus tendencias asesinas le llevaron de por vida a prisión.

Archibald Thompson Hall nació en Glasgow el 17 de julio de 1924.

Sus padres, un funcionario de correos de nombre Archibald Thompson y Michael Hall, un ama de casa, vivían en Mack Lane Street, al este de la ciudad de Glasgow.

Archibald, el hijo, iba a un jardín de infancia en el distrito de George and Hill.

Unos años después se trasladaron a los alrededores de Albert Street, cerca de Queen's Park.

Al fin, una mejora importante en la escala social de la familia.

Cuando Archibald tenía siete años, sus padres adoptaron a una niña, Violet, a la que Archibald cuidó durante la infancia como un hermano mayor y responsable, creando unos lazos que durarían toda la vida.

Según Violet, eran una familia muy unida y desde muy pequeño mi hermano aburría a mis padres reprochándoles que lo hubieran bautizado con el nombre de Archibald, y tanto insistía que obligaba a sus amigos a que le llamaran Roy.

Aquel sobrenombre lo completó con el apellido de su actriz favorita, Joan Fontaine.

Así que Roy Fontaine es como se hizo conocer el resto de su vida, inspirada en su estrella, y que no tardaría en poner su propio talento de actor al servicio de sus instintos criminales.

Fontaine se entretenía con Violet, su hermana, adornándola con flores y sedas de la casa, la ponía collares y broches de su madre, y se distraía ensoñándose con ella, con lo que para él era la mujer perfecta.

Violet recordaba aquellos tiempos y decía, tenía un gran sentido artístico. Cuando yo tenía siete u ocho años, mostraba una paciencia infinita empleando gran parte de su tiempo libre en hacer vestidos para mis muñecas.

También desde muy pequeño mostraba un gusto exquisito para sus cosas, ya sea en la manera de vestir, seleccionar sus juguetes o las compañías, y se empeñaba en buscar todos los aspectos de la elegancia.

Exigía, por ejemplo, dormir en sábanas suaves y nuevas, o las uñas, a diferencia de cualquier chaval de su edad, siempre las llevaba limpias. En casa conseguía que por sus extravagancias convirtiera su compañía en algo insoportable.

Por ejemplo, cuando su madre caía enferma, se empeñaba en guisar para toda la familia y procuraba que la casa estuviera adornada con flores. Exigía limpieza y orden a todos, y no permitía ni a su padre ni a su madre.