SENTIR ES VIVIR 2b1269

Hay una máxima importante que dice que vivir no es convivir. Vivir es algo más entrañable, hay que vivir, más personal, hay que vivir, más parte de uno mismo, hay que conocerse.

Pero convivir es otra faceta importantísima dentro del apartado humano, humanitario por otra parte, porque es compartir, es entregar, es hacer partícipe a los demás de lo que estamos disfrutando y, ¿por qué no?, también de nuestras penas. Por consiguiente, la pregunta sería, ¿para ti qué es más importante, el vivir o el convivir? ¿Tú crees que conviviendo uno vive o tú crees que viviendo uno comparte? Bueno, quien sabe mucho de humanidades es nuestro siguiente invitado, Joan Sánchez-Fortún, que ha escrito un nuevo libro, un nuevo volumen, está al alcance de todos los amigos de este programa de radio, de Luces en la Oscuridad, bajo el título Sentir es vivir, y vamos a preguntarle a él con qué se queda, si con compartir o convivir. Joan Sánchez-Fortún, muy buenas noches.

Estimado amigo Pedro, un placer compartir un espacio contigo y con tus y con tus oyentes, muchísimas gracias. Gracias a ti, un placer y felicidades por tu última obra, Sentir es vivir, qué magnífico título. Bueno, pero sobre todo dices la obra, pero más que la obra, destacaría tu persona, el comentario que has hecho, porque el libro puede tener sus ciertos caracteres, pero si no lo damos a conocer, es como algo valioso que está ahí en un baúl y la sociedad sabe que no está. Déjame que retome, has dicho algo importante, lo que pasa que te diré, has dicho una cosa importante, pero no es del todo cierto, porque toda tu verbalización en el campo humano es despertarnos, vivencia, vivir.

Has dicho conocerse, convivir y compartir. Mira Pedro, empecé a los 65 años a escribir, el primer libro fue Conocerme para evitar el sufrimiento innecesario, que justamente lo presentamos aquí el año 7, y a partir de ahí vas, cuando escribes, te metes en tu mundo interior, empiezan a salir cosas que estaban como ahí, pero que si no las actualizas, quedan ahí como un baúl de los recuerdos. Mira Pedro, me estoy dando cuenta en estos años que estoy metido en el mundo de los libros, que cualquier adjetivo que podamos aportar, convivir, compartir, vivir, todo lo que podamos añadir, todos los demás nombres que podamos añadir o adjetivos, todos son consecuencia de uno.

Desde que me he hecho mayor, vuelvo a repetir, me he dado la grandiosa cuenta que los seres humanos, si queremos evolucionar, hemos de conocerme, de ahí el título del libro, conocerme para evitar el sufrimiento innecesario, porque si no me conozco, si no sé quién soy yo, cómo me voy a relacionar primeramente conmigo mismo, que ya es importante, y si no me relaciono bien conmigo mismo, cómo voy a ser capaz de relacionarme con otras personas.

A partir de aquí, de cuando nos conocemos, los adjetivos que he dicho antes y muchísimos más, convivir, compartir, vivir, estar con otros seres humanos, ser la consecuencia de este conocimiento interior, porque en estos años 15 o 17 que estoy puesto con los libros, vuelvo a repetir, me he dado cuenta de la gran importancia del conocimiento interior, y a partir de aquí, cuando la persona se conoce, también es importante conocer nuestros límites, hay muchas veces, entramos en conflicto con uno y con la sociedad, porque no me conozco y porque no sé mis límites. A partir de aquí, cuando ya he crecido, he madurado a través de mi conocimiento, entonces facilitará la relación con otras personas.