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La Taberna Consciente
T7.C6 - El Poder de la Crítica

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7/6/2025 · 46:25
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La Taberna Consciente

Descripción de T7.C6 - El Poder de la Crítica 152l

En este capítulo de La Taberna Consciente nos metemos de lleno en la crítica: La que hacemos, la que recibimos, la que duele y la que construye. Compartimos experiencias personales, nos lanzamos preguntas incómodas, diferenciamos entre crítica destructiva y constructiva, y reflexionamos sobre cómo gestionarla con más conciencia y desde una perspectiva de tomarla como punto de partida para crecer. Desgranamos este tema con ejemplos reales, con la idea de aportar luz y herramientas prácticas para que la próxima vez que llegue una crítica… sepamos qué hacer con ella. ¡Taberner@, vamos a por ello! 603k3o

Lee el podcast de T7.C6 - El Poder de la Crítica

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

La crítica, bicho. Deporte nacional. Es verdad, ¿eh? Sí, qué fea es la crítica.

Decía Tales de Mileto, como decía nuestro gran amigo Xavi Guix, lo más difícil en esta vida es conocerse a uno mismo. Lo más fácil, criticar a los demás. Y es que es cierto, lo digo muchísimo, lo veo muchísimo, a veces lo practico, intento darme cuenta y ser consciente, pero con Paty muchas veces lo hacemos, ¿no? De repente cuando nos sale una crítica así banal, nos miramos y decimos, uy, no, vamos a evitarla, ¿no? ¿Por qué de repente criticamos así alegremente? ¿Qué crees, qué opinas sobre la crítica? A veces es aburrimiento, a veces es descontento con uno mismo, porque si estás contento no criticas tampoco, ¿no? Ya, yo creo que también es mucho cuando estás acompañado, ¿no? Cuando yo estoy solo no me sale criticar, aunque sea por dentro, ¿no? Yo creo que no me sale tanto, es cuando estás acompañado y, sobre todo, si ves, por eso se contagia mucho, muy fácil. Si yo lo veo en mí, ¿no? Si veo a alguien que está criticando a otra persona que no está presente, yo es uno de mis principios éticos de la mañana, digo, no hablar mal de otros que no estén, o sea, de personas que no estén.

Yo escuchaba, ¿no? Una reflexión de, joder, Lama, el gran Lama Rinche, no hace tiempo que no salía, y decía, cuando te planteas el tema del verbo, ¿no? Que le da mucha importancia al budismo al verbo, al hablar, decía, cuando hables de alguien que no esté presente, habla como de la forma más maravillosa eso, como si, imaginándote que estuviera, o sea, le puedes imaginar que está, y que se sintiera encantado de que estás hablando de, joder, qué bonito lo que está diciendo de mí, ¿no? Si no, evita hablar de otra persona.

Y eso lo pongo en práctica, pero a veces incluso veo energías dentro de mí, fuerzas, de cuando alguien está hablando de otro conmigo, si no está hablando bien o está diciendo algo negativo, como que veo esa energía que me está lanzando en plan, opina tú lo mismo, ¿sabes? Opina tú lo mismo.

Claro, y es violento no llevarle… Ahí está.

O sea, llevar la contraria es violento.

Efectivamente.

O no entrar en su bucle, a veces es violento, porque empiezan como de risas, ¿por qué es así, qué tal, jaja? Y claro, ¿qué haces? Tú cortas el rollo y de repente… Oye, no critiquéis, ¿no? Yo eso lo hago mucho con los compañeros de curro.

¿Sí? Sí.

¿Lo consigues cortar? Lo corto o por lo menos lo digo. Digo, igual hay que mirarse más a uno mismo, porque esta persona igual hace eso mal, igual tiene razón, pero es que hace muchas cosas bien, y estamos hablando de las cosas malas. Porque a ti te gustaría que la gente hablase mal de ti, ¿a menos cuando no estás delante? Y menos que se hagan corrillos divertidos por aburrimiento en el que dicen, pues vamos a criticar a esta persona.

Y eso no me gusta. Y sé que sí que es cierto que a veces es innato en el ser humano, ¿no? La manera de comportarnos es de hacerlo. Es un deporte nacional del que lo practicamos, pero al igual que queremos crecer como personas y hacemos meditación, leemos, intentamos hacer el bien, también esto es una de las cosas que yo creo que es pendientes para mejorar y ser conscientes de que lo estás haciendo y parar.

Sí, porque sale muy fácil el periodo automático. Hoy le veía a una compañera que hemos tenido una reunión de trabajo para valorar un poco el seguimiento y tal. Ha salido muy bonita.

Y ella, que era la valorada, yo le decía al final, bueno, ¿realmente te comprometes a cambiar esto que tú has dicho que es área de mejora para ti personalmente y que quieres mejorar? Sí, sí me comprometo, pero… Y ahí le he dicho, no, no, pero no.

Claro, es que después de un pero, se derrumba todo lo de atrás.

Efectivamente. Eliminas todo lo de atrás y ese pero ya estaba lanzando a la crítica al otro. Pero para mejorar eso, yo necesito que tú cambies esto porque esto me afecta, no sé qué. Y le he dicho, eso es responsabilidad de él, porque estaba hablando de su responsable de departamento. Le he dicho, a partir de lo que vas a decir ahora, páralo, porque eso es responsabilidad de él y ahora lo voy a hablar con él. Pero tú quédate ahí.

¿Te comprometes a lo anterior del pero? Me ha dicho, sí, sí, pero… Otra vez, ¿te comprometes a…? Ha sido como insistir. Y ha sido muy bonito porque luego se ha dado cuenta yo creo y ha dicho, sí, sí, me comprometo.

Qué guay. ¿Tienes que ser un jefe? Brutal. Es que como amigo eres un diez. Como jefe tienes que serlo igual, tío, porque tener a una persona en la empresa con esas capacidades y cómo vas tú cogiendo tu rol, tu identidad y tu forma de actuar y queriendo ganar dinero, pero ganar sobre todo la integridad de una persona buena, ¿no? Porque una empresa está para ganar dinero y para vivir bien. También, claro.

Pero no solo es eso. Tú lo llevas también al otro lado, al crecimiento personal, a que la gente esté a gusto, a que tú te encuentres a gusto, al mejorar, al aportar un granito a la sociedad.

Qué bonito. Muchas gracias, Borja.

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