DEx 08x41 Los Susurros Invisibles: Cómo te manipulan sin que lo sepas 3v6v5f

Hola amigos, hola amigas, bienvenidos una semana más a nuestra cita en estos días extraños.

Un poquito más de nostalgia, como la semana pasada, esta fue la primera sintonía que tuvo días extraños, así que ya tenéis en mente las tres que ha habido y podéis mandarme vuestra opinión sobre cuál os gusta más.

Pero vamos a lo que vamos.

En este preciso momento, mientras escuchas estas palabras, hay millones de voces gritándote quién deberías ser.

Tu madre opina sobre tu trabajo, tu jefe sobre tu rendimiento, un montón de desconocidos de internet sobre tu foto de ayer, influencers sobre cómo vestirte, algoritmos sobre qué comprar, qué escuchar, qué ver… pero hay una voz, una que conocías perfectamente de niño, que ha quedado sepultada bajo todo ese ruido.

Y es tu propia voz.

Otra paradoja, otra más.

Nunca habíamos estado tan conectados y nunca habíamos estado tan perdidos.

Oye, piénsalo, tus abuelos tomaban decisiones importantes, consultando como mucho a tres, a cuatro personas de confianza, tú consultas a decenas, cientos, puede que miles, cada vez que publicas algo en redes.

Los neurocientíficos han identificado algo fascinante, nuestro cerebro no evolucionó para procesar tantas opiniones, estamos experimentando lo que algunos expertos llaman un secuestro mental colectivo.

A ver, imagina que tu mente fuera una radio antigua.

Antes sintonizabas claramente una emisora, tu intuición.

Ahora hay cientos de frecuencias interfiriendo al mismo tiempo, voces que te dicen qué estudiar, con quién salir, qué comer, cómo sentirte, incluso qué pensar sobre ti mismo.

Y al final todo ese ruido se vuelve tan ensordecedor que silencia tu brújula interior.

A ver quién está tomando realmente las decisiones de tu vida, ¿eres tú o son ellos? Y encima esto no es casualidad, esto es un robo perfectamente orquestado.

Los ladrones de identidad modernos no necesitan hackear tu cuenta bancaria, son mucho más sofisticados, hackean tu mente, sin que te des cuenta.

El primer sospechoso es tu familia, te aman, sí.

Pero proyectan sobre ti sus propios miedos no resueltos.

Cuando tu madre te dice, mi madre me lo decía mucho, estudia algo seguro, hazte funcionario, no está pensando en tu vocación, está reviviendo sus propias ansiedades económicas de cuando era joven.

El segundo sospechoso son las redes sociales, cada like, cada comentario, cada story es un pequeño dictador susurrándote, debes ser así para que nos gustes.

Y tu cerebro primitivo que está diseñado para la supervivencia tribal, interpreta cada crítica online como una amenaza real de expulsión del grupo.

Claro, cuando alguien te aconseja, y lo hace de buena fe, su cerebro está haciendo trampa.

Porque no se pregunta qué necesitas tú, simplemente proyecta lo que les haría felices a ellos.

Es como si te estuvieran preparando un plato que a ellos les encanta, pero que a lo mejor a ti te da alergia.

Claro, tu amigo es extrovertido que te dice sal más, socializa, o tu hermana introvertida que te dice no, quédate en casa, lee más.

Ninguno de ellos está pensando en ti, ni en tu personalidad, están clonando la suya.

Y cuanto más prestas atención a esas voces externas, más se atrofia tu propia intuición.

Se atrofia, se empequeñece, y puede que ya no sepas qué hacer sin escuchar esos consejos que a ti no te sirven de nada.