08-06-2025 El Espíritu Santo es hiperactivo - 10 Minutos con Jesús 6ue4c

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes.

Te adoro con profunda reverencia.

Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato donación.

Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por mí.

San Agustín está de moda.

Lo está poniendo de moda el Papa León.

Gracias a León XIV vamos a poder disfrutar del gran San Agustín.

En su primera salida al balcón ya lo cito con cariño y casi en cada discurso hay una referencia o lee unas palabras de San Agustín.

Es un buen momento este verano para meter en la mochila las confesiones de San Agustín, su autobiografía.

Agustín es moderno hasta en esto.

Hoy tanta gente escribe una autobiografía y algunos lo hacen con 25 años.

Yo tengo un amigo que tiene 23 años y se llama Jaime, que acude constantemente a su profunda experiencia de la vida.

Es algo maravilloso.

Apenas ha llegado a los 25 y tiene una experiencia asombrosa que a sus amigos nos deja pasmaos.

Pero volvamos a San Agustín que me despisto y te despisto.

Se le atribuye a San Agustín una preciosa oración al Espíritu Santo que puede ayudarnos en este estupendo domingo, Día de Pentecostés.

Te la voy a leer para que la reces conmigo.

O sea, prepárate. Tienes que estés donde estés ahora mismo.

Cada uno estará en una situación distinta.

Prepárate.

Dice así esta oración.

Respira en mí, oh Espíritu Santo, para que mis pensamientos puedan ser todos santos.

Actúa en mí, oh Espíritu Santo, para que mi trabajo también pueda ser santo.

Atrae mi corazón, oh Espíritu Santo, para que sólo ame lo que es santo.

Fortaléceme, oh Espíritu Santo, para que defienda todo lo que es santo.

Guárdame, pues, oh Espíritu Santo, para que yo siempre pueda ser santo.

¿Cuántos verbos? Respirar, actuar, atraer, fortalecer, guardar.

Todos en la misma dirección.

El Espíritu Santo es un revolucionario en el corazón del cristiano.

Porque ¿qué hay más revolucionario que decidirse a ser santo? Le animaba a una mujer joven de unos 40 años, hace unos cuantos años, pues a ser santa.

Y me animaba a mí mismo también.

Podemos ser santos, tú puedes ser santa, yo puedo ser santo.

Y me hizo mucha gracia la respuesta.

Me respondió, no, no, no, no, yo quiero ser normal.

Yo quiero ser normal.

¿Qué hay más revolucionario que ser santo normal? Pentecostés.

Es la fiesta del Espíritu Santo.

No es la primera vez que viene al mundo, como pensaba un niño pequeño que se planteaba el asunto y se decía, pero ¿por qué tardó tanto en venir? El Espíritu Santo está en este mundo creado desde el principio.

En la descripción de la creación se dice que el Espíritu Santo envolvía las aguas, ferevatur superacuas, sobre la tierra.

Pero hoy, día de Pentecostés, su presencia es abrumadora, es su big bang, su explosión, con toda la fuerza de su amor para hacer nuevas todas las cosas.

Pero es que además, Pentecostés no es un suceso del pasado.

La Iglesia vive en Pentecostés también hoy.

Hoy en el mundo, el Espíritu Santo está moviendo a mucha más gente