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Descripción de 1909. Up in the air (EDITADA) 1i52m
Meditación sobre la Ascensión del Señor. La narración de San Lucas en los Hechos de los Apóstoles. Es el desenlace lógico de la Encarnación. "Bajó Dios, subió hombre", dice San Ambrosio. Con la Ascensión nuestra carne se introduce en la Vida divina. Es un acontecimiento alegre. Y el origen de un mandato apostólico: nosotros somos ahora la esperanza de Jesús para hacer la Iglesia. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/874295 2b6z25
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Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, interceded por mí.
Hoy señor vamos a interrumpir la serie de los dones para hablar de la solemnidad de hoy que es tu ascensión a los cielos. Precisamente ayer sábado concluía el evangelio con esta palabra que nos preparaba para hoy. Salí del Padre y he venido al mundo. Otra vez dejo el mundo y me voy al Padre. Eso precisamente se volver al Padre se cumple hoy con la ascensión.
Que es una fiesta muy alegre porque tú señor siempre manifestabas un deseo enorme de estar con el Padre. Nos alegramos aunque al mismo tiempo nos sintamos un poco huérfanos por no tenerte aquí entre nosotros. En la cima del monte de los olivos en Jerusalén se construyó en el siglo 4 la basílica de Leona que los peregrinos alababan por su belleza y pintaban como única en el mundo porque conmemoraba la asunción.
Se pensaba que ese era el sitio y se piensa todavía hoy que ese es el sitio desde que desde el que tú señor ascendiste a los cielos en Jerusalén. El monte de los olivos pero la cima. Aquella basílica tenía forma redonda y tenía el techo abierto de modo que los fieles en sus plegarias podían contemplar el mismo cielo en el que tú te perdiste.
Fue destruida por los persas en el 614, luego fue reconstruida en el siglo 8, destruida de nuevo, reconstruida por los cruzados, destruida por los musulmanes que dejaron, respetaron solamente la capilla octogonal que nos ha llegado hasta nuestros días. Ahora es una mezquita pero se puede visitar. Yo he tenido la dicha de estar allí tres veces. Tiene un agujero, es una capilla muy pequeña, tiene un agujero en la bóveda por la que se ve el cielo y una roca que se puede besar donde se dice que es el lugar en el que Jesús ascendió, pisó antes de subir a los cielos.
Y es cierto que las paredes, el mismo suelo, las columnas de esta iglesita pequeña que ahora es una mezquita han cambiado docenas de veces a lo largo de 2.000 años pero ni el monte ni el cielo han cambiado y emociona muchísimo pensar que desde allí se despidió Jesús de su vida terrena. Ni Mateo ni Juan dicen nada de la ascensión y Marcos tan solo le dedica una línea al final de su evangelio. De modo que casi todo lo sabemos por Lucas que habla dos veces de la ascensión en su evangelio y en el comienzo de los hechos de los apóstoles que es precisamente la primera lectura de la misa de hoy.
Después de pasar 40 días deliciosos con sus discípulos en Galilea y tú y yo ahora somos uno más entre ellos, vamos a intentar contemplar con ojos nuevos esta escena, después de esos días digo en los que todo parecía ser como siempre, el maestro estaba feliz, nosotros más contentos todavía y después como dicen los hechos de instruir a los apóstoles que había escogido y a ti y a mí nos has cogido para ser apóstoles en medio del mundo Jesús decide caminar de nuevo hacia Jerusalén.
Nadie reconoce ya por el camino al maestro que oculta en el manto su llaga del costado y con unas vendas las manos yagadas y los pies yagados. Jesús quiere despedirse de los suyos con una última comida de la que sabemos poco pero sí sabemos qué ocurrió porque lo dicen los hechos. Quizá tú señor repetiste en esa despedida la eucaristía por segunda vez. Probablemente sería en la casa de la madre de Marcos en el cenáculo y el clima debió ser muy similar a la última cena, íntimo con presagios de separación pero esta vez no había presagios de muerte, no había tristeza pues la muerte ya estaba vencida para siempre.
Los hechos dicen que una vez que comían juntos, se refiere a esta comida, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén sino que aguardad que se cumpla la promesa del padre de la que me habéis oído hablar porque Juan bautizó con agua pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de muchos días la semana que viene en el mes de agosto
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