El buey mudo 07/06/2025 352f61

Esta semana se cumplían ocho años de la muerte de Ignacio Echavarría, una muerte que yo he de reconocerles que me tocó en lo más profundo, porque cuando uno recuerda el relato de un chico que no llegaba a los 40 años, de un chico que está paseando tranquilamente por el puente de Londres con skate, de un chico que está pasando un día normal en una ciudad que no es la suya, aunque llevaba tiempo en Londres, pero él es español, y que de repente se encuentra inmerso en la mitad de un ataque terrorista promovido por unos yihadistas islámicos.

Y cuando ve que hay una persona en apuros, él no tiene duda en arriesgar su vida con un monopatín y enfrentarse a los terroristas para salvar a la persona en cuestión. Ese arrojo le costó la vida, pero podemos decir que Ignacio Echavarría nos demostró que vivir la vida solo tiene sentido cuando se está dispuesto a entregarla. Y el acto de ir, repito, con un monopatín contra unos terroristas nos demuestra, por un lado, la valentía de Ignacio, porque eso solo lo hace un hombre valiente.

Nuestra naturaleza, con ese instinto de conservación que tiene cuando ve peligro, tiende a paralizarnos, a pararnos, pero él no. Él venció ese instinto natural y puso en riesgo su vida para salvar a otros. Y la rapidez con que reaccionó, yo creo que nos demuestra lo que había en el corazón de Ignacio Echavarría, que es simplemente un deseo de entrega, un deseo de servicio. El magisterio de la iglesia enseña mucho cómo la verdadera realización del hombre se produce cuando vive para darse. Estamos hechos por amor y para el amor, por tanto para entregarnos.

Y cuando un hombre no duda, no hace cálculos en arriesgar su vida, quiere decir que vive de esa forma, que es consciente de que su vida es para algo más que para conservarla, sino que es para vivirla plenamente, que uno la vive plenamente cuando la da. Y desde mi punto de vista eso es lo que explica que Ignacio Echavarría no dudara y arremetiera contra los terroristas.

Son ejemplos como digo que nos centran, que nos vuelven a poner en su sitio. No es habitual en la España del siglo XX del siglo XXI ver ejemplos como el de Ignacio Echavarría. Es verdad que los hemos tenido y quizá ahí me he pasado de frenada porque hemos tenido muchas personas que en la lucha contra el separatismo y en especial contra el separatismo terrorista de ETA han mostrado una dignidad grande.

Pero digamos, y no le quito valor, que era afrontar una amenaza que te ha llegado con dignidad y en eso hemos tenido muchos ejemplos. Pero realmente este ejemplo de Ignacio Echavarría de enfrentarte al terror en un instante, pues a mí me marcó. Me marcó y estaré siempre agradecido a Ignacio Echavarría por recordarnos que sigue habiendo héroes, que sigue habiendo personas que son capaces de vivir la virtud.

La virtud, porque eso es un héroe el que vive las virtudes, la fortaleza, la templanza, la justicia, la prudencia. Ignacio Echavarría nos demostró que las tenía en el corazón. Y luego claro, cuando uno empieza a rascar y empiezan a salir cosas de Ignacio Echavarría, se descubre que era un hombre de profunda fe.