1912. Entendederas 282a4k

Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos libramos Señor Dios nuestro en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes.

Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por mí. Le pedimos ayuda al Espíritu Santo para ver el don que nos corresponde hoy que es el don de entendimiento. Y querría Señor empezar con tres anécdotas que me parece a mí que reflejan un poco como una primera intuición de qué puede ser este don del entendimiento porque a medida que vamos subiendo en los dones cada vez es más difícil hablar de ellos más sutiles son.

Conocí a una chica joven estudiante universitaria que un día hablando le pregunté oye y sigues yendo a misa todos los días como ibas y entonces me dijo pues ya no y digo pero ¿por qué? y dice pues porque no lo puedo soportar. ¿Cómo que no lo puede soportar? ¿No puede soportar el qué? Pues no puedo soportar el amor de Dios por mí en misa y me pongo a llorar y claro la gente me ve y pensará que estoy chalada entonces es empezar la misa y ponerme a llorar así que ya no voy a misa. Bueno la reacción es un poco sorprendente pero lo que había primero es no menos sorprendente como una persona es iluminada en su entendimiento para percibir el misterio profundísimo de la Eucaristía de una manera tan viva.

La segunda anécdota es de un chico universitario estudiante de caminos que vivía en el colegio mayor donde yo era capellán en Granada hace ya años y entonces un día yo había intentado pues a este chico moverle a la práctica religiosa de todas las maneras posibles le había explicado pues el credo de arriba abajo y por supuesto le había explicado que Dios es tan bueno que nos perdona y que había muerto por nuestros pecados etcétera por supuesto que se lo había explicado pero no conseguí como llegar a su corazón en ningún momento hasta que un día llegó y me dijo don José estoy impactado porque estoy leyendo un libro y ahí me he dado cuenta de que Dios ha muerto por mis pecados me dieron ganas de decirle pero tío si esto te lo he dicho mil veces pero aunque yo o nosotros le digamos algo a alguien si tú espíritu santo no le tocas el corazón y no le iluminas el entendimiento con tus dones no hay entendederas no hay manera de entender los misterios de Dios y la tercera anécdota es de una niña de mi colegio una niña pequeña de 9 años que me contó cómo su padre ingeniero estaban en misa y entonces era un evangelio complicado y su padre le dijo a la niña no entiendo nada y entonces la niña se puso a explicarle el evangelio ante el asombro del padre porque la explicación que le dio fue realmente buena bueno pues qué hace que una mente de una niña criatura de 9 años todavía formándose supere a una mente de un ingeniero profe de éxito pues el don del entendimiento que nos hace penetrar con sutileza en las escrituras bueno el espíritu santo tu espíritu señor ilumina la inteligencia con una luz con una luz potentísima poderosísima y le da a conocer al entendimiento con una claridad desconocida hasta entonces el sentido profundo de los misterios de la fe.

No es un conocer de algo extraño sino un conocimiento de algo propio es no un conocer discursivo con esfuerzo intelectual sino un zambullirse dentro de nosotros en ese océano de vida divina beber abriendo la boca y empaparse de esas verdades por eso san pablo decía en su primera carta a los corintios nadie ha conocido las cosas de dios sino el espíritu de dios nosotros pues no hemos recibido el espíritu de este mundo sino el espíritu que es dios a fin de conocerlo